Alexander Simpson comenzó a fabricar brochas de afeitar en el East End de Londres en 1919. Pronto desarrolló el negocio y, en 1924, se mudó a Clapham, donde estableció una reputación galardonada por sus brochas de afeitar. En 1941, tras la pérdida de su fábrica en el bombardeo, Simpson trasladó su negocio al West Country.
En 2008, Progress Vulfix compró la empresa y continúa la tradición de fabricar los mejores pinceles del mundo totalmente a mano, utilizando las mismas técnicas que no han cambiado desde que se fundó la empresa.
